Señoras y señores:
Habida cuenta de los hechos que están ocurriendo últimamente en el Congreso de los diputados y en los diversos mítines y entrevistas, cuando parece que importa más el odio que lo que el pueblo necesita, dejando aparte los lobotomizados seguidores fervientes, cuya estupidez no les hace ver más allá de sus narices, no me queda más que opinar lo siguiente:
La democracia no sirve para nada, y más pronto que tarde, acabará por suicidarse...
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