Bajo un cielo nublado, la segunda mascletá, disparada, por la pirotecnia Aitana, empezó, a base de series de andanadas, a veces de un extremo, a veces de otro, a veces del centro, y otras desde todos los lados. Fue de una manera rítmica, casi como ayer. Luego, poco a poco, fue naciendo el sentir y, a la postre, el leight-motive de toda mascletá: el ruido. Todo fue surgiendo, poco a poco, como subiendo de intensidad. Como cuando subes poco a poco el volumen con el mando.
Y por fin, llego la apoteosis: un terratremol, de nuevo corto, pero en fin, y un final apoteósico, con un bombardeo aéreo, realmente estremecedor, casi extraterrestre, y que hizo temblar de nuevo Valencia entera.
Os dejo, el vídeo que he encontrado en YouTube, sobre dicha mascletá.
Pero, como siempre digo: como en directo, en ningún lado...
Besitos falleros.
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