Hola, a tod@s.
De esta terrible escena, han pasado más o menos ocho años.
Este era un niño sirio de tres años, llamado Aylan Kurdi. Y huía de la guerra en su país.
La foto conmocionó al mundo. No era para menos.
Pero da igual.
Las guerras siguen produciéndose, la gente sigue huyendo, jugándose la vida para buscar un sitio mejor donde poder vivir. Porque prefieren jugarse la vida, a morir en su país.
Fotos como la de este niño, siguen produciéndose. Sea donde sea.
Ya sea, como es el caso, porque se ahogan en el mar: porque les cae una bomba; porque les disparan mientras huyen, ya que el pasillo humanitario está siendo violado o simplemente, para quien dispara no existe; o porque están enfermos y el hospital en el que están ingresados sufre un bombardeo, o se queda sin luz y no les pueden atender.
Muchas veces, no son solamente niños, sino también bebés. Bebés que nada más nacer, son impunemente asesinados, en nombre de vete tú a saber qué ideales.
Y es cuando, los reporteros gráficos de guerra, al hacer su trabajo, te encogen el alma.
Y es que, como he dicho muchísimas veces, en este mi bloguito de hadas góticas, al final siempre pagan los que menos culpa tienen.
Por eso, se convirtió en una foto más, cuando debería haber sido todo lo contrario.
No entiendo nada...
Pero es que, tampoco lo quiero entender...
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