Olé tus huevos, Aitana.
Desde el principio, dando caña a los asistentes a la mascletá, con tu desenfadada mascletá y con un terratremol, que si bien en un principio, me hizo temer que pasaría lo de ayer con Alpujarreña, al final hizo temblar, y de qué manera, el suelo de la Plaça de L´Ayuntament de València.
¿Que se limita la pólvora, los decibelios? Mentiras, patrañas y excusas, para no hacer bien las cosas, como las ha hecho hoy Aitana.
Estas mascletaes sí que enamoran.
Besitos falleros...
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