sábado, 28 de marzo de 2009

EL ARTISTA DE LAS CALABAZAS RIDICULAS


Hace tiempo, escribí esta historia, acerca de esas personas que se divierten ridiculizando a la gente, solo porque tengan algun defecto.
Pienso, que todos somos dignos.
Espero, que os guste.

EL ARTISTA DE LAS CALABAZAS RIDICULAS

1

LA CALABAZA LINTERNA DE HALLOWEEN se hallaba encendida en el porche, sobre una mesa de madera. El rostro ceniciento, delataba que su autor no había tenido mucha mano, para intentar darla una pose aterradora. El autor notó como el viento movía su pelo, con desvergüenza. No importaba. Era su calabaza y nadie se iba a reír de ella. Nadie, o lo sentiría.

2

La fiesta se hallaba en la casa, a la que el chico había llegado. Pero, todo se hallaba apagado. No había nadie allí. O al menos no parecía haber nadie. Ningún adorno, fuera. Algo así como calabazas o algún que otro adorno macabro, propio de estas fechas. Pero no. No había NADA. Ni siquiera la luz de la casa encendida. ¿Le habrían dicho mal la dirección? ¿O simplemente habían querido librarse de él?
La puerta se hallaba abierta. La luz no funcionaba. Al menos, eso era lo que parecía, pues cuando le daba al interruptor, la lámpara no se encendía. Encima. Menos mal, que la luna le echo una mano y le regaló su luz, para que pudiera al menos ver, por donde andaba, sin tropezar con ningún mueble. Además, tenía su calabaza linterna. Aunque, la verdad es que no había ningún mueble. La casa había sufrido una mudanza. O al menos eso parecía. Siguió caminando adelante.

4

Entonces, alguien salió de detrás de una puerta:
-Hombre. El artista de las calabazas ridículas –dijo en un tono totalmente despectivo-. ¿Qué nos traes hoy?
Nada mas mirar el poco afortunado trabajo practicado en la calabaza, se echo a reír.
-¡Veras cuando vengan todos!. ¡Se van a tronchar de risa!
-Nadie se ríe de mi calabaza –dijo el artista de las calabazas ridículas.

5

Un cuchillo se alzó.
-Ahora si que haré un buen trabajo.
Con toda su furia descargó su cuchillo sobre el burlón.

6

El artista de las calabazas ridículas observó satisfecho su obra.
-Ahora serán ellos, quienes se rían de ti.

7

El ARTISTA DE LAS CALABZAS RIDÍCULAS SE ALEJABA CON SU QUERIDA CALABAZA. DE UNA MANO, ABRIENDOSE PASO CON ELLA, COMO SI FUERA UN CANDIL. ILUMINANDO SU CAMINO, LEJOS DE LAS BURLAS DESPECIVAS DE LOS DEMAS. HACIA UN LUGAR DONDE LE MERECIERAN MAS Y DONDE MERECIRA LA PENA ESTAR.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado la historia, y la introducción que has hecho. Tu estilo me gusta.

    Muchos besos

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  2. muchas gracias Selene
    me alegro que te haya gustado
    animas a que siga escribiendo

    Muchos besos

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